Abre tu corazón aún más

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Abre tu corazón aún más

Pema Khandro Rinpoche nos habla acerca de cultivar el amor ilimitado de un bodhisattva.

Private Collection. Montreal. Photo by Christine Guest.

No te des por vencido con el amor. Cuando el amor es duro o doloroso, abre tu corazón aún más. 

Éste es el consejo dado por el gran maestro budista del siglo diecinueve, Patrul Rinpoche. Él nos cuenta la historia de una abeja dorada que vivía felizmente con su amante en un jardín de loto. Desde el momento en el que estas dos abejas se conocieron, tuvieron una conexión inmediata. Se rieron y sonrieron juntas, y compartieron sus pensamientos más profundos. Pero luego vino una tormenta. La amante de la abeja dorada murió. En un instante, su dicha se transformó en sufrimiento. Sin importar las virtudes de su consorte, y cuánto la amaba, la vida de ella terminó. 

Sobrecogido con la pena, la abeja dorada pidió consejo. Esto es lo que le dijeron: “Los seres sintientes fueron tus padres y madres bondadosos en tus vidas pasadas. Ahora están deambulando en la existencia condicionada. Aunque ellos también quieren la dicha, experimentan sufrimiento. Ellos tampoco tienen una amiga. Trae a tu mente un gran amor y compasión mientras recuerdas a los demás de esta manera. El recordarlos va a despertar tu valor. Con gran amor cultiva el deseo de quitar el sufrimiento de todos los seres.”

Cuando nuestro amor está cansado o ha llegado a sus límites, el budismo nos sugiere que abramos nuestros corazones aún más y accedamos a un amor más expansivo.

Este consejo de cultivar amor ilimitado por todos los seres sintientes cuando nos hemos separado de aquellos que amamos es una enseñanza para todos nosotros. Cuando nuestro amor está cansado o ha llegado a sus límites, el budismo nos sugiere que abramos nuestros corazones aún más y accedamos a un amor más expansivo. Esta apertura es el primer paso hacia el despertar de nuestro heroísmo natural conocido como el amor del bodhisattva. Nos podemos abrir a un amor más grande en los momentos de pena ya que nuestra vulnerabilidad y nuestra compasión están entretejidas. 

Como la abeja dorada, podemos empezar a abrir nuestros corazones al alimentar la compasión hacia nosotros mismos, y luego llevar nuestra mente hacia los demás quienes están en la misma situación. Esta práctica va en contra de nuestro instinto habitual de autoprotección. Sin embargo, resulta que cuando contemplamos el sufrimiento de los demás y abrimos nuestros corazones aún más, de hecho nos da más fuerza. Nos da propósito y resistencia. El abrir nuestros corazones despierta nuestro valor intrínseco debido a que nuestra compasión y nuestro heroísmo natural están conectados. 

Pero nuestro deseo de vivir una vida de amor bondadoso a menudo se ve eclipsado por nuestras neurosis habituales. Quizás empecemos con intenciones amorosas, pero muy fácilmente nos vemos arrastrados por nuestros aferramientos a las expectativas o nos perdemos en pensamientos artificiosos. Así que, ¿cómo podemos cultivar el amor ilimitado de un modo que esté sustentado en la sabiduría?

El gran maestro tibetano, Longchenpa aconsejó en su texto, The Great Chariot [El gran carruaje], que el amor ilimitado debe de ser desarrollado “uno por uno”. Empezamos desde nuestra experiencia personal inmediata. Recordamos el amor que recibimos de una persona, o el amor que sentimos por una persona. Luego lo expandimos para incluir a otra, y otra, hasta que nuestro amor incluye a todos los seres tan inagotables como el cielo. 

El amor ilimitado se extiende hacia afuera desde el amor que conocemos de primera mano. Es por esto que el budismo nos alienta a recordar el amor que hemos recibido de nuestras madres y padres (o cuidadores), y luego construir a partir de él. Quizás nuestra relación con nuestros padres no fue un amor fácil, quizás incluso el pensar en ello nos hace que nos duela el corazón. Pero eso también es parte de la práctica, ya que cultivar amor nos pone en contacto con la experiencia total de la vida -con ambos, la belleza del mundo y su dolor. 

¿Dónde está nuestro amor cuando no lo podemos sentir?

Recordar las experiencias de amor y bondad que hemos recibido en el pasado nos impulsa a ir adelante más allá de la separación que sentimos. Nos ayuda a fundir los muros que construimos entre nosotros y los demás. Al descubrir nuestra ternura natural, nos damos cuenta de que el camino de amor bondadoso es un modo de vida más auténtico debido a que nuestra autenticidad y el tierno corazón de compasión van juntos y de la mano.

A veces la práctica del amor es dura, incluso escandalosamente dolorosa. Un día nos decidimos a ser amorosos y bondadosos y quizás el siguiente día no podamos conectar con el amor en absoluto. ¿Qué está faltando? ¿Dónde está nuestro amor cuando no podemos sentirlo?

Es inevitable que la vida tenga dramas e incertidumbre, pero podemos encontrarnos con ellos con un sentido simple y directo de nuestro llamado a cultivar más amor bondadoso.

Una vez le preguntaron al sabio budista hindú llamado Vimalakirti, “¿Cómo podemos encontrar el amor inagotable del bodhisattva?” Él respondió, “Debemos conocer el desapego del yo y la vacuidad”. Cuando el amor se agota, debemos mirar hacia nuestra apertura fundamental y abandonar la lucha del ego. Abrirnos aún más hace espontáneamente disponibles una tremenda cantidad de recursos. Es por esto que dicen que el amor del bodhisattva es como la luz de la luna brillando sobre cien cuencos de agua. Cada cuenco está lleno de luz de luna, pero no porque la luna lo intente llenar con esfuerzos agresivos. Hay luz abundante porque la luna se está relajando tal cual es, entregándose a su luminosidad innata. 

El conectar con el amor ilimitado nos ofrece ecuanimidad. Cuando le damos la cara a nuestras circunstancias con una actitud de amor bondadoso, éstas nos ofrecen un modo de vivir estable, más allá del comportamiento de los demás.  Es inevitable que la vida tenga dramas e incertidumbre, pero podemos encontrarnos con ellos con un sentido simple y directo de nuestro llamado a cultivar más amor bondadoso. 

El budismo dice que debido a la impermanencia, las personas que en algún momento fueron nuestros amigos ahora pueden ser nuestros enemigos, y las personas que ahora son nuestros amigos quizás algún día sean nuestros enemigos. Nuestros amigos quizás nos causen daño por su torpeza. Por lo tanto, seríamos muy inestables si dependemos de cómo las demás personas se relacionan con nosotros para decidir si tenemos amor bondadoso o no. Estaremos atrapados en reacciones, más que vivir en la ecuanimidad que surge del decidirnos a dar la cara a la vida con amabilidad y calidez. Por ende, el cultivo del amor ilimitado y la realización de la ecuanimidad van de la mano. Cuando surgen dramas en el jardín de loto, nos estabilizamos al expandirnos para encontrarnos con cualquier cosa que venga hacia nosotros con el corazón más y más abierto. 

ACERCA DE PEMA KHANDRO RINPOCHE

Pema Khandro es una maestra y académica de filosofía budista, así como sustentadora del linaje de las tradiciones Nyingma y Kagyu del budismo tibetano. Ella fundó la organización no-lucrativa Ngakpa International y sus tres proyectos; el Buddhist Studies Institute, Dakini Mountain y el Yogic Medicine Institute. Khandro está completando un doctorado especializado en budismo tibetano en la Universidad de Virginia. 

ACERCA DE RATNA DAKINI (Traductora)

ratna dakini es una yoguini budista tibetana, poeta y traductora originaria de México. Ha publicado dos libros de poesía de dharma, el último titulado Sunbird (2020). Ha traducido para la Comunidad de Meditación de Tergar por Aprox. 6 años, y continúa traduciendo para Tergar, así como para la página en español de Lion’s Roar. Actualmente vive en San Miguel de Allende, donde enseña Yoga, practica danza y prepara un tercer libro de poesía.